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Director: Juan Manuel LLenque LL.

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¡Con la sola lástima no llegamos a nada señores!

Febrero 01, 2014
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Para todos aquellos que caminamos desenfrenadamente, nuestros pasos se enfrentan millones de veces a las distintas miradas de cualquier día en el que nos encontremos, diferentes acontecimientos que ignoramos, admiramos, en términos generales ‘observamos’, pero en muchas ocasiones, la férrea realidad que nos envuelve, nos muestra cosas tan bajas en niveles de valores y calidad de vida, que recurrimos a decir ‘siento pena’, o bueno algo referido a esa bendita palabra que nos viene como primera reacción de misericordia hacia el prójimo, PENA o lástima, son los sentimientos, que afloran en nuestro YO interior o subjetivo, cuando tropezamos con cualquier fotografía que no es cómoda a nuestros ojos.
 
Sentimos pena por el cojito, el cieguito, el que no habla, el que padece de demencia, pena por los que no comen, por los niños que trabajan, por los familiares que pierden a algún ser querido, cuando vemos mendigar a algunos ancianos, en fin, nuestro mundo es capaz de mostrarnos millones de casos que nos conmuevan.
 
Si bien el sentimiento de lástima o pena (siempre y cuando sea sinónimo de la primera, y no referido al sufrimiento directo de la primera persona), es buena tenerla y es natural en una persona con o sin escala fija de valores morales, religiosos o cualesquiera, puesto que al menos despiertan y te provocan sentimientos consecuentes, que pueden o no ayudar a combatirla.
Sentimos pena por alguien que pide limosna, y sólo atinamos a darle algunos céntimos que nos sobra, aunque sea en contados casos,  sin embargo ese no es el punto, se debe proponer individualmente algunos proyectos, claro aquellos que puedan y así combatir esos padecimientos ajenos. Claro ejemplo está cuando vemos en la calle a un perro desvalido o con algún problema de salud, nos acercamos, lo miramos, sólo decimos ‘pobrecito’, y seguimos de frente y no lo ayudamos en nada.
 
Con la sóla lástima o pena, no se soluciona nada, eso es mirar el problema y voltear tu mirada de frente huyendo a esto, quizá sea un índice personal, que demuestra que tan comprometido está uno con su propia sociedad, en cuánto quiere contribuir para mejorarla, y sobre todo en la empatía que tiene cada uno para ayudar al resto.
 
Es allí donde todos los jóvenes y profesionales esencialmente deben dar la iniciativa y desde allí comprometer a la sociedad en general a contribuir,  no todo sale de la autoridad, necesitamos personas que se preocupen por el resto y que quieran contribuir con proyectos que ayuden a solucionar los problemas sociales, solucionar injusticias sociales, entre tantos otros temas.
Por eso señores ¡Con la sóla lástima no llegamos a nada!
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Una publicación de JM COMUNICACIONES