La tragedia de los chiclayanos desde las encuestas y sondeos de opini�n
A un par de afro descendientes se les ve enfrentados en una pugna de encuestadoras, aunque no suelo creer mucho en las encuestas, no voy a cuestionar sus instrumentos de medición ni su credibilidad, ese es un asunto que tratarÃa en otra oportunidad, pero si puedo decir que al ver a los posibles candidatos a la alcaldÃa me provoca una reflexión un tanto sombrÃa.
Es sorprendente ver cómo el alcalde Roberto Torres ha recuperado posiciones en las preferencias electorales, al parecer más puede la presión de cierta prensa que el análisis de cada votante sobre el desempeño de sus autoridades, una suerte de amnesia momentánea nos barÃa hecho olvidar que el deplorable estado de nuestras calles no se lo debemos a nadie, y que las metidas de pata de Betito son solo algo anecdótico en esta vorágine de intereses cruzados expresados por las encuestadoras.
Aparece un empresario educativo del que solo conocemos sus logros en la empresa privada, y cuyas convicciones polÃticas parecieran tener la firmeza de un elemento quÃmicamente anfótero, se trata de David Cornejo Chinguel, un amigo de Yehude Simon que terminarÃa en la esquina polÃtica de los Acuña.
A la cabeza de las encuestas surge fulgurante Alberto Ortiz Prieto, el personaje que tuvo en sus manos la primera universidad privada de la región; la Universidad de Chiclayo. Venida a menos por la gestión del arquitecto Ortiz que la uso para sostener sus ambiciones polÃticas, ocasionando el declive de una casa de estudios que pudo aparecer más o menos seria en el contexto educativo local.
También está Miguel Angel Bartra Grosso, nacido del matrimonio polÃtico entre su padre el ex congresista Miguel Bartra Gonzales y ex alcalde de Chiclayo, Arturo Castillo Chirinos, demás está señalar que se trató de una familia disfuncional por vocación y conflictiva por los intereses de quienes la integraban.
La gestión de Bartra en la AlcaldÃa terminó como culminan las experiencias traumáticas, en realidad la gestión del susodicho no terminó, fue Noblecilla quien continuó la empezado por Bartra tragándose unos sapos de dimensiones brasileñas y con la negativa del electorado a la hora de la verdad.
Con todo esto, no se puede pensar en nuevos actores polÃticos, en candidatos no que sepan a un pasado digno de ser cambiado con premura, donde están los jóvenes y su apariencia de divino tesoro, es que nadie ha pensado en academizar la visión polÃtica de nuestra localidad, esta noche es de reflexión para tanto ávido de participar en nuestro escenario polÃtico.          Â
Luis AntonioHeredia Gonz�les
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