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Director: Juan Manuel LLenque LL.

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La crisis del Colegio de Periodistas de Lambayeque

Marzo 05, 2014
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La situación por la que atraviesa el Colegio de Periodistas de Lambayeque es penosa, y viene, en el orden institucional deteriorándose por situaciones que terminan siendo una especie de cáncer, no solo institucional sino nacional y que han sumido, a mi querido colegio, en un retroceso, contradictorio a lo que debería ser su natural dinámica (dada sus características), como el enquistamiento en el poder, la informalidad en su gestión y la pobre consecuencia en su dirección.
 
La institucionalidad de nuestro colegio, en la actualidad, se ve mellada por actos que se encuentran distantes de la ética y a una gestión eficaz y eficiente. Ahora vemos una actual dirección del Colegio de Periodistas sumida en el atraso, el desprestigio y el desgobierno, del cual todos los que integran este gremio y en especial su junta directiva, debemos y deben sentir vergüenza.
 
Para poner solo un ejemplo de la desorientación en la que está envuelta nuestro colegio; vemos con intolerancia que el auditorio de nuestro gremio, está al servicio de eventos privados y no exclusivamente del colegio, como tiene que ser. Desde mi concepto, la infraestructura en especial el auditorio, debe estar destinada a ser un centro cultural, que promueva los valores institucionales de nuestro colegio, y por qué no pensar en que sea depositario de una de las mejores bibliotecas de nuestra provincia, para beneficio de los estudiantes de ciencias de la comunicación de este lugar.
 
El Colegio de Periodistas de Lambayeque, como todo colegio profesional es una organización regida por los cánones democráticos, cuya práctica debe guiarse por criterios de verdad, libertad, transparencia, respeto, justicia, ética, responsabilidad pero son precisamente esos aspectos los que carece, hoy en día, la casa periodística en mención y es menester poner la voz en alto, para que esos valores se vuelvan a imprimir en su auspicioso quehacer (en algún momento) y que sea el verdadero hogar de los profesionales del periodismo.
 
Los impedimentos para realizar las elecciones para elegir a las máximas autoridades de nuestra organización, haciendo uso de una serie de argumentos que no se ajustan a la verdad, son una lástima en el objetivo de recuperar este espacio social. Las frustradas elecciones del año pasado, era el momento propicio para pensar en el futuro, para generar armonía y consensos entre los colegiados y una prueba de fuego para deponer intereses personales, en la perspectiva de transformar su marcha gremial.
 
A quien le toque asumir las riendas del colegio, considero que debe sumar voluntades, ser convocante sin ninguna intención de encerrarse entre cuatro paredes; proceder que termina postergando el desarrollo de nuestra entidad. Tiene que devolverle al colegio la confianza entre sus mimebros y su presencia activa en la sociedad lambayecana. Atrás quedaron las épocas en que nos hacíamos presentes en marchas y en reuniones con la sociedad civil, donde el Colegio de Periodistas; tenía capacidad para proponer iniciativas y exigir el cumplimiento de los acuerdos en temas de la agenda departamental; logrando ser interlocutor válido como fue en el periodo, presidido por mi gran amigo, Hubert Limo Mendoza; hoy gozando de la paz eterna. Sin duda uno de los tiempos de gloria de esta importante organización.
 
Necesitamos, ser ejemplo para las nuevas generaciones. El Colegio de Periodistas, está llamado a convertirse en un paradigma docente del ejercicio del periodismo a través de una labor tesonera que nos señalen un rumbo claro, de hacia dónde debe dirigirse el ejercicio periodístico. Asimismo, en claves y trascendentes temas de nuestra población que tengan como propósito, promover el progreso y desarrollo de la misma. Es fundamental que entre los colegiados que estamos empeñados en esta transformación, efectuemos un trabajo de concientización para ir integrando a esta apuesta por el real cambio, a más colegas que se comprometan con la causa de salvar a esta noble entidad, de la inercia y el olvido social. 
 
Es hora de dar el paso a otra directiva que transmita calidad personal y competencia profesional y compromiso gremial, con una misión definida de  lo que se debe realizar en la institución y una visión clara de cuál va ser nuestra proyección como órgano rector que acoge a todas las mujeres y hombres de prensa, que son difusores de los hechos que le atañen a la sociedad peruana y que requieren de un estamento que los represente y respalde, en su estratégica trabajo en bien de este pueblo.
 
La historia debe ser diferente. Tenemos que ser capaces de darle vitalidad y un futuro consistente a esta institución. Necesitamos el concurso de jóvenes profesionales; libres de todo vicio, con principios y valores bien cimentados, con mentalidad abierta y con la mejor disposición para marcar un nuevo comienzo en nuestro querido colegio. No podemos permitir que los resentimientos, odios y la mediocridad, nos ciegue del gran compromiso y desafío que tenemos para el presente y el mañana con la casa que nos acogió y nos seguirá acogiendo.
 
*Licenciado en Ciencias de la Comunicación
 www.cesarfalla.com
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